sábado, 29 de noviembre de 2014

Propuesta – proyecto: Formación docente para la competencia pedagógica y didáctica de las TIC en la escuela


Después de realizar un ejercicio descriptivo de la institución donde laboro, a partir de la vinculación de las TIC en el proceso educativo, y de llevar a cabo la aplicación de instrumentos (encuesta y entrevista) con las estudiantes y profesores de Educación Inicial y básica primaria, para determinar el conocimiento, el uso y la aplicación que hacen ambos de las TIC en el proceso de enseñanza (profesores) y aprendizaje (estudiantes). Y después de ampliar el horizonte conceptual frente a las diversas posibilidades que ofrecen las TIC aplicadas a la enseñanza, la didáctica y la evaluación, deseo hacer una propuesta-proyecto que vaya en el orden de la formación docente en la competencia de las TIC como apoyo didáctico a la práctica pedagógica.




Dos realidades del panorama institucional son las que me motivan a plantear este proyecto. La primera, el uso que las estudiantes (entre 8 y 11 años) hacen de las TIC en sus casas para la comunicación, la información y el aprendizaje. Las estudiantes a pesar de su corta edad le han dado un carácter educativo a las TIC. No obstante, aunque para su edad es comprensible que sean sujetos consumidores de información, es necesario ir orientando esa primera condición para que también realicen procesos de meta-cognición y le puedan dar utilidad al conocimiento compartido a través de la red. El profesorado y los padres de familia juegan un papel determinante en este proceso, de ahí que su competencia en el uso de las TIC debe estar por encima del que tienen las estudiantes.

Algo que pueden implementar los profesores para generar el proceso meta-cognitivo de las estudiantes es la motivación en la creación de Entornos Personales de Aprendizaje, PLE (Castañeda y Adell, 2013). Esto permite que el estudiante pueda acceder a fuentes de información clasificada (coherente, comprobada y actual) que le ayudarán a enriquecer la consulta, el conocimiento y por ende el proceso de aprendizaje. Los profesores han de ayudar a enriquecer estos entornos virtuales de sus estudiantes con producciones virtuales propias que ellos comparten desde sus propios PLE (Casquero, 2013).

La segunda realidad institucional que motiva a esta propuesta, es la poca competencia que el profesorado tiene frente al uso de las TIC como referente pedagógico y didáctico para el proceso educativo. Aunque un porcentaje considerable reconoce que las TIC tiene sus bondades para el ejercicio de enseñanza y aprendizaje no le dan el uso respectivo. Concebir las TIC como apoyo para el proceso de enseñanza y aprendizaje no es suficiente, es necesario comprender su riqueza teórica y práctica. Dos aspectos son el resultado de esto: (a) La falta de un programa de formación docente institucional para la integración de las TIC en la práctica pedagógica y (b) la falta de espacios con recursos tecnológicos en la institución.

Es claro que el primer responsable de la formación profesional es el mismo docente. Gracias a las diferentes e inmensas alternativas que ofrece el sistema actual, el profesorado puede capacitarse y actualizarse en el manejo de nuevas herramientas tecnológicas, estrategias didácticas, modelos pedagógicos, elaboración de proyectos educativos entre otros, a través de diferentes medios como cursos virtuales, seminarios, diplomados, especializaciones y maestrías. Las diferentes alternativas de formación van desde tener un costo económico hasta la gratuidad. De ahí que el profesorado de hoy tiene más alternativas para actualizarse y desarrollar más y mejores competencias que los de otras épocas.

No obstante, aunque el profesorado cuente con esas alternativas, las instituciones educativas no pueden dejar de lado la capacitación para su personal. Ya que si una institución quiere enriquecer su proyecto educativo debe orientar a sus profesores hacia metas comunes que unifiquen estilos, estrategias y recursos. Y si la tendencia hoy es hacia una educación expandida (Barbero y Otros, 2009) gracias al uso educativo de las TIC, entonces debe existir un programa de formación para docentes en este recurso.

Ahora, la propuesta no consiste en realizar una capacitación en el manejo de dispositivos tecnológicos sino en una formación integral que tenga como referente el modelo TPAK (Koehler y Mishra, 2006), donde la integración de TIC, pedagogía, conocimiento y estrategias permitan darle un uso educativo a la tecnología por parte de los maestros. Ya que como diría Mishra y Koehler (2006), “saber como utilizar tecnología no es lo mismo que saber cómo enseñar con tecnología”. De ahí entonces que el propósito sea desarrollar la competencia –a partir del conocimiento y uso- de las TIC como estrategia pedagógica y didáctica y no solo como herramienta.

El programa de formación ha de perseguir entonces un objetivo común: Convertir las TIC en un recurso permanente por parte del profesorado así como se hace con el cuaderno, el libro, el tablero o el marcador. Que el profesor, al momento de pensar cómo trasmitir el saber tenga presente cual es el aporte que las TIC les pueden ofrecer. Lograr un cambio de paradigma en la acción de preparar la clase seguramente que redundara en la creación de material didáctico digital por parte de los profesores para compartir con sus estudiantes y posibilitar la educación expandida (Barbero y Otros, 2009). Ante el hecho de que el profesor pase de entornos de aprendizaje tradicionales a entornos de aprendizaje virtuales, se sentirá llamado no solo a consultar información, también a producir conocimientos nuevos que fácilmente compartirá con otros.

La institución ha de propiciar entonces no solo un programa de formación en competencias TIC sino también en consolidar una infraestructura (espacios, dispositivos, internet) que permite tanto a profesores y estudiantes interactuar con el saber de ambos así como del mundo en el aula de clase. 

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