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Espacio de interacción virtual asincrónica para compartir temas educativos en relación con el uso de la tecnología en el proceso de enseñanza y aprendizaje
jueves, 23 de octubre de 2014
domingo, 19 de octubre de 2014
De las competencias tecnológicas de los profesores y el uso de las TIC en la práctica docente.
No cabe duda que el uso
de las TIC, como elemento pedagógico y didáctico, para los procesos de
enseñanza y aprendizaje que se llevan tanto al interior como fuera de la
escuela, merece no solo nuestra atención sino también toda una reflexión
educativa que involucre formación docente, práctica docente, estrategias de
enseñanza y aprendizaje, modelos pedagógicos y filosofías institucionales. Es decir,
el tema y uso de las TIC como herramienta, instrumento o medio debe ser
analizado antes de atrevernos a pensar que tan solo se deben incluir, darles
uso y estar a la moda de las nuevas invenciones en la escuela.
Si partimos del
principio anterior, resulta conveniente indicar que el uso de las TIC como
medio educativo-formativo no es más que el resultado de los diferentes avances
históricos del ser humano para responder de forma más real a los tiempos en los
que se encuentra. Para tal efecto, cabe mencionar que la tecnología siempre ha
sido un medio para aprender pero también para dar cuenta de lo aprendido.
Así las cosas, un
primer elemento que debemos considerar frente al uso de las TIC en la escuela debe
partir de la concepción tecnológica que desde allí se tiene de ella. Durante
siglos hemos permanecido en la escuela de la memoria, la repetición, el
contenido y el resultado. Todo en la escuela ha sido pensado desde esa lógica
conductista. Sin embargo, ahora nos encontramos frente a una sociedad que no
quiere seguir bajo ese modelo y que a su vez reclama otras maneras de enseñar, aprender
y de acercarse al saber. Parece que la tecnología responde a esos nuevos
requisitos. Dada esa condición, ¿cómo puede la escuela, los maestros, hacer de
esa nueva alternativa un medio pedagógico para humanizar a través del saber?
Al parecer, las
respuestas a esta pregunta vienen de todos los lados. Algunos dicen que si se
fortalece la competencia tecnológica de los maestros es posible beber de todos
los beneficios que ella ofrece y poder adquirir una práctica pedagógica
tecnológica. Otros consideran que es necesario contar con una plataforma
tecnológica a nivel nacional para la escuela que permita que maestros y
estudiantes interactúen por medio de ella. Y hay quienes piensan que a partir
de las nuevas tecnologías como recurso pedagógico, es necesario que las
universidades involucren esta formación en sus pensum académicos.
Con podemos ver, el
tema y uso de la tecnología para el ejercicio de enseñanza y aprendizaje cada
vez es más fuerte y ejerce mayor impacto en la escuela. Incluso hay estudios
orientados a “conceptualizar el impacto de las nuevas tecnologías en el
desarrollo cognitivo de los jóvenes (Grupo 4), y orientaciones acerca de cómo
se puede llevar a cabo un proceso de inclusión de las TIC en la escuela por
parte de los docentes, para responder de una mejor manera a las expectativas de
enseñanza mediadas por estos recursos (Grupo 1).
En efecto, cada vez
más entre el campo de la tecnología y la educación se cierra más la brecha que los distancia. De ahí que sea urgente que
de la reflexión pedagógica sobre el tema y el uso de la tecnología en la
escuela, en el aula, debemos pasar a la puesta en marcha de estrategias
formativas, prácticas y didácticas que nos permitan darle un mejor
direccionamiento a las TIC. Hoy hemos de pasar del nivel exploratorio en el que
nos encontramos (Grupo 1) para enfocarnos en el desarrollo de la competencia
tecnológica. Y esta debe ser resultado de la reflexión pedagógica sobre el tema
y no por el simple hecho de responder a una moda que se impone y que está más
en la lógica mercantilista del sistema. La tecnología como recurso para la
enseñanza y el aprendizaje o es reflexionada o solo es un instrumento frío que
nos distancia más de nuestros estudiantes.
martes, 7 de octubre de 2014
Brechas educacionales y tecnológicas: Principio y Fin.
¿Qué
cambios deben aplicarse sobre la Educación para adaptarse a las necesidades
sociales, económicas y tecnológicas del siglo XXI?
Sin duda alguna la
tecnología digital y de la información domina el mundo actual. El conocimiento
de la humanidad ha pasado a la red para convertirse en información y por ende
en medio para el conocimiento y el aprendizaje. En ese sentido, nadie se puede
escapar del mundo digital o al menos no quien tenga cualquier dato personal que
pueda ser sistematizado.
Dado el hecho de que la
sociedad de la información se ha convertido en medio educativo, la escuela no
puede negarse a incluirla en su sistema educativo como instrumento pedagógico y
didáctico. Por el contrario, debe apropiarse de él, asumirlo como medio para
prolongar el proceso de aprendizaje e incentivar a los estudiantes en el
desarrollo de su creatividad (Robinson).
Por sus características
educativas, la inclusión de las tecnologías de la información en la escuela no debe
ser un proceso traumático, por el contrario, ha de ser la posibilidad para proyectar
desde la escuela las diversas maneras de aprender existentes y permitir que el
estudiante aprenda a través de otros medios de manera colaborativa
(Burbules).
En ese sentido, el
cambio de la escuela a la hora de incluir las TIC debe girar en torno a la
manera como ha sido concebido el aprendizaje y la enseñanza. Los maestros han
de tener claro que ya no solo se aprende en la escuela, por fuera de ella se aprende
y se comparte el conocimiento, y en ocasiones de manera más efectiva que en el
salón de clase. De ahí entonces que el cambio debe ser estructural, mental y
pedagógico.
¿Qué
papel jugarán los profesores, las familias y los propios estudiantes en este
reto?
De la misma manera como
el proceso de vinculación de las TIC a la escuela no puede ser traumático, pues
ya estamos sobre la marcha de un proyecto que no tiene revés, de la misma
manera han de asumir su rol todos los involucrados en el uso de las TIC como
canal para el aprendizaje. En ese sentido, los roles deben estar caracterizados
por la necesidad de aprender y no de consumir.
Es así como el maestro
del siglo XXI está llamado a apoyarse en la tecnología digital para crear
ambientas de aprendizaje que le permitan conectarse al mundo de la información
pero sin perder el contacto físico que humaniza a ambos. Resulta
impensable que en un tiempo digital dicho instrumento no se utilice para
acercar el mundo del conocimiento a la clase, al aula, al estudiante.
Pero el conocimiento
–convertido en información- no puede estar solo en la escuela, limitarlo a este
espacio es perder multitud de oportunidades para aprender. El concepto de
aprendizaje ubicuo (Burbules) elimina la posibilidad de que el aprendizaje solo
se pueda dar en la escuela, de ahí que por el uso de la red de información
digital éste pueda ser llevado a todas partes y a su vez construido
colectivamente y compartido.
Ahora, si el
conocimiento de la humanidad camina con las personas, es necesario que
maestros, familia y estudiantes tomen conciencia de ello y replanteen roles,
concepciones y posturas frente al conocimiento, el aprendizaje y sobre la
manera como este se construye, se aprende y se comparte. Porque aunque la
educación esté referenciada a un espacio, finalmente ella no es nada sin el
aprendizaje, por eso si no hay aprendizaje no hay educación (Robinson).
¿Cómo
debería ser la educación del siglo XXI?
Aunque la tecnología
parece desbordarnos y hasta en ocasiones asustarnos, es conveniente indicar que
ella y sus avances no solo van de la mano de intereses neoliberales y
manipuladores. Filósofos de la educación en el campo de lo virtual, están
pensando la manera como la educación puede seguir saltando al mundo digital. De
ahí la propuesta de Jesús Barbero, quien utiliza el concepto de educación
expandida para referirse a la posibilidad de la educación en cualquier momento,
en cualquier lugar.
Educación expandida no
es más que la toma de conciencia frente a la posibilidad de aprender y enseñar
por medio de la red; de los símbolos, de los saberes que se construyen a cada
instante. En atención a este concepto, los maestros estamos llamados a dos
cosas: Una, seguir dando una reflexión pedagógica sobre la educación impulsada
desde el mundo virtual; y la segunda, emplear las TIC para la dinamización de la
enseñanza y el aprendizaje, ya que los estudiantes de este siglo son nativos
digitales. De ahí entonces que los maestros estemos llamados a disminuir la
brecha entre nativos (ellos) y migrantes digitales (nosotros).
Reflexione
nuevamente acerca de cómo se da la relación entre educación y TIC en su
contexto pero ahora teniendo en cuenta los planteamientos planteados en estos
recursos.
Mantengo el principio
de reduccionismo y la carencia de políticas institucionales sobre el uso
pedagógico y didáctico que los maestros deben hacer de los espacios tecnológicos. Y reafirmo la necesidad de una formación docente sobre la vinculación de las
TIC a la escuela, para que de esa manera se disminuya la brecha entre estudiantes
que hacen uso de las TIC desde una necesidad de consumo y los maestros que aún
no saben emplearla.
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